sábado, 18 de octubre de 2014

ALDOUS HUXLEY Y LA MALDICIÓN DE NUESTROS TIEMPOS

La escena transcurre en una calle populosa, atestada de gente vulgar, comprando en los modestos comercios comestibles y demás productos de dudosa calidad para la subsistencia diaria. A lo largo de las veredas angostas y sucias se observan negocios de todo tipo: Verdulerías, alamacenes, carnicerías, bazares...
Entre ellos, el narrador descubre un oscuro y arrumbado local, en cuya pequeña vidriera se exhiben libros. Con sorpresa, se detiene frente a ella, como si hubiera encontrado un tesoro. ¿Una librería? ¿Como es posible encontrar una librería en semejante sitio? Sin embargo, está; no sólo eso, ha sobrevivido el paso del tiempo. Un milagro, piensa el narrador. Entra y se produce el siguiente diálogo con el dueño, un hombre viejo, pequeño, con la barba de un oso y ojos muy vivaces.
-¿El negocio anda bien?-le pregunta.
- Mejor le iba en la época de mi abuelo-responde-, sacudiendo la cabeza con tristeza.
-Somos cada vez más filisteos-insinúa el narrador.
-Es culpa de los periódicos baratos. Lo efímero arrasa con lo permanente, lo clásico.
-Este periodismo-asiente el narrador-, o mejor llamémoslo  este cotidianismo banal, es la maldición de nuestros tiempos.
-Apto sólo para...-gesticuló tomándose las manos, como en busca de la palabra.
-Para el fuego.
El viejo se puso victoriosamente enfático con esto:
-No, para la cloaca.

El dialogo corresponde a un maravilloso cuento de Aldous Huxley (1984-1963)  escrito a principios del siglo pasado, cuyo nombre es "La Librería".

Lamentablemente, las novelas y los ensayos del autor de "Un Mundo Feliz" y "Las puertas de la Percepción", ensombrecieron otros textos tan virtuosos como aquellos,  en este caso sus cuentos.
La Librería es un relato lúcido y misterioso a su vez, en el que deja expuesto el mal que ya en aquella época causaba estragos: El periodismo barato.                   
Y eso que en aquellos tiempos no existían aún las grandes cadenas monopólicas de noticias que siniestramente lo digitan todo. De haberse topado con ellas, CNN, NBC, O'GLOBO de Brasil, o CLARIN de Argentina, por nombrar algunas, sin dudas, el dialogo que acabo de transcribir hubiera tenido mayor contundencia todavía.
De todos modos, las palabras que encontró Aldous Huxley en este revelador cuento, encajan perfectamente al periodismo que se ejercía mayoritariamente antes y se ejerce hoy: "Lo efímero arrasa con lo permanente", "Cotidianismo banal", "Maldición de nuestros tiempos",  "Apto para el fuego", "Apto para la cloaca.
Claudio Miranda  

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