domingo, 9 de mayo de 2021

Bioy Casares o como salir a matar viejos

La novela de Bioy, "Diario de la guerra del cerdo", publicada en 1969, tiene como argumento el estallido social que se produce en Buenos Aires y se extiende por 15 días, período en el cual pandillas de jóvenes salen a las calles a cazar y matar viejos a mansalva. El estado no interviene, mira para otro lado y deja hacer. El relato no explica las motivaciones que lleva a los jóvenes a semejantes linchamientos, aunque algunas frases arrojan ciertas pistas:

En esta guerra los chicos matan por odio contra el viejo que van a ser”
“...a través de esta guerra (los jóvenes) entendieron de una manera íntima, dolorosa, que todo viejo es el futuro de algún joven. ¡De ellos mismos, tal vez! … matar a un viejo equivale a suicidarse”
Lo que también queda sugerido que la matanza es la respuesta natural para contrarrestar la supuesta “carga” que representan los “viejos” para las instituciones y las familias.
El protagonista de la novela es un sesentón llamado Isidoro Vidal, quien junto con otros amigos de la misma edad están más preocupados por demostrar que aún no son viejos y así salvar sus pellejos, que a condenar los ataques y enfrentarlos.
Cuando le preguntaron a Bioy de donde había sacado semejante idea, respondió:
"Se me ocurrió una tarde de 1966 en la confitería El Molino, mientras veía a una persona con el pelo teñido para disimular las canas…comprendí que la vejez es un problema sentido por todo el mundo como algo trágico y me senté a escribir la novela".
Bioy acababa de cumplir sesenta años y sentía que la tan temida etapa de la vida empezaba a alcanzarlo. Acaso escribirla fue sacarse un peso de encima, un desahogo del tiempo por venir.
La historia trascendió la literatura y fue llevada al cine en 1975, por el director Leopoldo Torres Nilson.
Muchos consideraron a esta obra de Bioy Casares como una novela de anticipación y no estuvieron muy errados que digamos. Hoy en día se desarrolla el mismo exterminio, pero con métodos más sofisticados. Es que en la actualidad los viejos joden más que nunca, ya que han extendido sus expectativas de vida escandalosamente. Se necesita mucha más dinero para mantenerlos. Y eso de mantener gente improductiva para el capitalismo resulta intolerable. De hecho el informe del FMI sobre estabilidad financiera mundial publicado en el año 2012, advierte de las implicancias financieras potencialmente muy grandes del riesgo de longevidad, es decir, del peligro de que la gente viva más de lo esperado. Así que se han reorganizado para ser más eficientes. Cada uno aportando sus mejores armas: los no viejos contribuyendo con la indiferencia y el mal trato y el estado, pagando jubilaciones y pensiones miserables, dando continuidad así, a la matanza que imaginó Bioy en el siglo pasado.
Un exterminio sin trompadas, ni patadas, ni charcos de sangre en la veredas, pero con el mismo objetivo: la eliminación de los viejos.



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