sábado, 1 de mayo de 2021

Charles Bukowski y el Trabajo

Es 1° de Mayo, día internacional del trabajador, y me acuerdo de Charles Bukowski (1920-1994). Ya viejo, convertido en un reconocido escritor, Bukowski le escribía una carta a un amigo y reflexionaba acerca del trabajo y los trabajadores: “A veces no duele tanto recordar de dónde venimos. Y tú conoces los lugares de donde yo vengo… Lo llaman “De 9 a 5”. Sólo que nunca es de 9 a 5. En esos lugares no hay hora de comida y, de hecho, si quieres conservar tu trabajo, no sales a comer. Y está el tiempo extra, pero el tiempo extra nunca se registra correctamente en los libros, y si te quejas de eso hay otro zoquete dispuesto a tomar tu lugar”. "Cuando era joven no podía creer que la gente diera su vida a cambio de esas condiciones. Ahora que soy viejo sigo sin creerlo. ¿Por qué lo hacen? ¿Por sexo? ¿Por una televisión? ¿Por un automóvil a pagos fijos? ¿Por los niños? ¿Niños que harán justo las mismas cosas?" "A los esclavos nunca se les paga tanto como para que se liberen, sino apenas lo necesario para que sobrevivan y regresen a trabajar"

En verdad, Bukowski sabía lo que era el "Trabajo": entre su eterno vagabundeo, entre noches interminables durmiendo en el banco de una plaza, había trabajado durante 15 años como cartero, horas y horas caminado hasta agujerear las suelas de los zapatos, sometido a una feroz explotación a cambio de una miserable paga. En algún momento de su vida alguien le propone pagar la suma de 100 dólares mensuales con la única condición que dedicara sus días sólo a la escritura. Sin pensarlo demasiado acepta el ofrecimiento, renuncia al miserable correo y se pone manos a la obra. A los pocos meses termina una de sus más famosas novelas: "El Cartero". Y ya no se detendría más.
Y en este punto resulta inevitable hacerse la pregunta: Al final, ¿El trabajo dignifica o esclaviza? ¿El trabajador es un ser libre o un esclavo? Personalmente creo que es un poco de cada caso. Aunque en verdad, no estoy muy seguro. De lo que sí tengo certeza que el trabajo sería algo muy diferente, si de adultos fuéramos capaces de cumplir el sueño que alguna vez tuvimos de chicos y que manifestábamos ante la infaltable y tonta pregunta de alguna también tonta tía o abuela: ¿Qué te gustaría ser cuando seas grande? Y todos, unánimemente, respondíamos que queríamos ser astronauta, jugador profesional de fútbol, corredor de formula uno, detective, navegante, arqueólogo, corresponsal de guerra, salvar la vida de animales o personas, escritor...y un montón de cosas más que ya nunca seremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar